3-1, ese fue el resultado que consiguió con firmeza el equipo blanco. Desde
el primer minuto hubo dominio por parte del subcampeón de la temporada pasada.
Se repetía el mismo partido que se jugó en la final, aunque esta vez el equipo
espumoso fue incapaz de reaccionar.
Durante los primeros minutos el dominio era del equipo de Nadal y compañía,
mientras que los birreros se limitaban a cerrarse entre su fortaleza. No fue
hasta después de que el equipo grotecino
concluyera un par de internadas sin éxito que el equipo amarillo plantó cara al
ataque. Cuando el partido parecía equilibrado, una mano que el árbitro fue
incapaz de ver y finalmente la pitó el equipo blanco,ta discutida al borde del
área fue ejecutada de manera excelente por Albert Salvadó, abriendo el marcador
y decantando el partido hacia un lado de la balanza.
Embestidas por parte del subcampeón que no conseguían aumentar la distancia
del marcador, hasta que llegó el 2-0. Con una jugada plagada de errores llegó
el 2-1 de las botas de Gabriel Pepe que volvía a los terrenos de juego desde
que se lesionara por allá el mes de febrero.
En otra jugada en el que el equipo amarillo se quedó parado al pensar que
el árbitro pitaría una falta inexistente llego el fortuito 3-1 por parte de
Salvadó, completando así su doblete personal. Salvadó no fue tan sólo
protagonista por sus goles, sino que también protagonizó la “jugada” del
partido, en la que casi completándose el tiempo de juego y con la victoria en
el bolsillo, una entrada dura y de muy mal gusto retiró a Aymamí del campo en
lo que restaba de partido.
Un partido aburrido que dejó al equipo birrero sin espuma y sin gracia, y
en el que finalmente el Grotesc consiguió llevarse el derbi a casa después de
dos años. Sin duda son claros favoritos para ganar el título de este año, algo
que todavía les es desconocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario